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Tras dos años de parón por la pandemia, las cofradías y hermandades vuelven a procesar por las calles de Oviedo. La primera en hacerlo ha sido la Cofradía de La Borriquilla, que coincide con su décimo aniversario. A las puertas de la Iglesia de San Pedro de Los Arcos, los fieles esperaban ansiosos la salida del trono. Más de treinta costaleros auparon en hombros la imagen, a la que colocaron una Palma, tras ser bendecidas por el sacerdote don Hilario.

«Teníamos muchísimas ganas de volver a ver las procesiones», comentaron los presentes, «ilusionados» de poder volver a vivir las fechas con normalidad. Además, cofrades del resto de cofradías ovetenses fueron a ayudar y apoyar a sus compañeros. «Cómo llegan hasta la Catedral por primera vez, nos pidieron ayuda y somos uno», comentaron los hermanos Nazarenos Pedro Martínez, Alfredo García y Francisco Martínez.

Con mucha ilusión vivió también la familia Jiménez Juan la procesión en la que «salimos toda la familia». Así, decenas de personas siguieron una procesión que terminó por primera vez en la Catedral.